Respiración artesanal
La ciudad vacía. Ale Guyot.

Actualidad en verso

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Una vez más, el repaso de la actualidad está a cargo del poeta Zambayonny quien, rebalsado de cuarentena, alcohol en gel y coronavirus, pone la lupa en contar cómo comienzan a crujir todas las estructuras que hacen que el mundo —por ahora— funcione.

Un taxista se desplaza
por viajes imaginarios
agentes inmobiliarios
tasan a su propia casa
el lustrabotas les pasa
la lengua a sus zapatillas
y a las patas de las sillas
el leñador las serrucha
mientras un espía escucha
lo que conversan sus hijas.

Un ladrón que no le roba
mas que besos al espejo
un mago saca un conejo
que mete en la cacerola
el pescador con la escoba
ya rompió cuatro foquitos
sueña con los angelitos
el portero de la escuela
y el corredor se marea
en un pequeño circuito.

La sexóloga combina
las rabas con berenjenas
un cura viola la veda
y un transa corta la harina
estudia otra melodía
por fin el afilador
mete todo en un cajón
el juez de la servilleta
y un gordo rompe la dieta
angustiado en un sillón.

El jardinero la observa
demasiado a su guadaña
Mahoma sin la montaña
haciendo durar la yerba
las latas de los conservas
parecen de cuarto grado
el cana come parado
el verdugo mata el tiempo
y un tipo camina lento
con un perrito alquilado.

Se comparte la miseria
o no queda nadie vivo
conocés a tu vecino
a las nueve o nueve y media
un perito en la materia
discute con un idiota
un narco lava la ropa
el robot pierde un tornillo
y el fondo de los bolsillos
asume la bancarrota.

El mozo esconde propinas
por todo el departamento
el biógrafo pasa al cuento
respirar es la rutina
se mueve la bailarina
por la curva de contagios
cuarentena sin presagios
pela papas el barbero
tan al ras que te da miedo
como fuego en el naufragio.

Un cazador limpia el arma
catorce veces al día
y el carnicero lo mira
al gato con menos calma
un yuppie le vende el alma
al diablo por un barbijo
los papeles por el piso
revolea el barrendero
y una abogada sin peros
empieza a perder el juicio.

Un dentista le descarta
el arreglo al ratón Pérez
un albañil se entretiene
con un castillo de cartas
un ventrílocuo se infarta
y el muñeco lo reanima
una homeópata se anima
a pedir por la vacuna
y un impostor ve la luna
mientras hace que imagina.

Un meteorólogo muestra
la humedad del cielorraso
y en el balcón un payaso
se amarga con las encuestas
el Dios que nunca se acuesta
olvida al madrugador
y si se calla el cantor
los lunes parecen viernes
y un camionero se duerme
mirando televisión.