Más rápido que un silencio
la guerra cruzó los mapas
llegó al Río de la Plata
sin tiempo para el suspenso
y era tan solo el comienzo
de todo lo que vendría
se sepultó la teoría
inaugurando el suplicio
mirando los edificios
caer sobre la avenida.

Bagdad estaba tan lejos
ayer mismo por la tarde
y ahora hasta los cobardes
se miran en el espejo
el eco de los festejos
rebalsa los hospitales
el miedo es la muerte en clave
sin hueso para ironías
susurra un Ave María
el cínico más infame.

El cielo se puso oscuro
mientras flotaba en el aire
un presagio irrespirable
crecer no tiene futuro
la vida come pan duro
oyendo explotar las bombas
los autos en la rotonda
vacíos y abandonados
los cuerpos amontonados
mil cuadras a la redonda.

Los días pasaban lentos
encerrados en guaridas
o algunos a la deriva
sabiendo el final del cuento
se iba pudriendo el aliento
bebiendo el agua pesada
las madres desesperadas
abrazan a los que quedan
en medio de la humareda
con lágrimas condenadas.

La radio que se arrincona
gastando sus pocas pilas
en voces definitivas
que gritan en otro idioma
la paz es una paloma
con el cuello retorcido
se duermen los malheridos
y sueñan que se despiertan
no hay cómo trabar la puerta
cuando se escucha algún ruido.

Brindamos en Año Nuevo
por algo sin importancia
y ahora las ambulancias
no pueden cruzar el fuego
tu vestido veraniego
con sangre en el torniquete
manchando aquellos juguetes
que trajo la Navidad
no estaba lejos Bagdad
la culpa no se promete.