Necesito verte en línea
Nada que mirar. Getty.

Actualidad en verso

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Ya nadie recuerda la vida analógica. Zambayonny se convirtió en presa de la caída masiva de Facebook, Instagram y WhatsApp e hizo lo que hicimos todos: desesperar.

Instagram dejó de andar
y el mundo quedó en suspenso
el clima se puso tenso
como un tigre calamar
yo estaba por almorzar
en alguna pizzería
pero busqué la salida
y me fui como un cobarde
pues preferí pasar hambre
a no mostrar la comida.

WhatsApp dejó de existir
y casi me pego un tiro
quise mandar un archivo
para poder sonreír
algún meme de Higuaín
o el audio con los gemidos
vos sabés lo que te digo
a la hora de la vigilia
necesito verte en línea
aunque no sé si te escribo.

La falla era extraordinaria
Facebook estaba caído
me dije: no tengo amigos
no hice la secundaria
mi vida fue imaginaria
tampoco tengo parientes
ni exnovias, ni pretendientes
ni anónimos que putean
andá a saber si allá afuera
aún sigue viviendo gente.

Por poco me quiebro un dedo
presionando el F5
descorché un tetra de tinto
para bajar la ansiedad
tiene que haber algo más
pensé mirando el reloj
me sentía un mal robot
al que cosieron arterias
buscando la contraseña
de mi viejo Fotolog.

Me dije me voy a Twitter
a conversar con huevitos
o con los trolls de Marquitos
que nunca te han de faltar
las medias de red social
reemplazan los pantalones
¿Quién me vende seguidores?
a Tinder no voy a entrar
porque tengo dignidad
no es para tanto, señores.