Gabriela Wiener
Escribe

Gabriela Wiener

Lima, 1975
Escritora, cronista y poeta y peruana. Estudió Lingüística y Literatura en la Universidad Católica de Lima. Trabajó en el diario El Comercio. Fue miembro del consejo de redacción de la revista Lateral. Colabora con Etiqueta Negra, El País y La Vanguardia, entre otros medios. Es autora de dos libros de crónicas. Más en Wikipedia

Crónica periodística

El amor es la desinfección
Ilustración de Carlos Bongiovanni. Orsai N7.

El amor es la desinfección

Imagino a cada persona acudiendo a una ficción distópica, apocalíptica o alguna epidemia letal en su cabeza que le sirva para hacer paralelos absurdos.

Crónica introspectiva

Esperando el 11.11.11
Ilustración de matías Tolsá. ORSAI.

Esperando el 11.11.11

Para la mayoría, el once es la primera cifra que no podemos contar con los dedos. Para Gabriela Wiener es una obsesión que la acompaña y, creemos, la trastorna.

Columna de opinión

Imaginemos que se acaba el mundo, ¿qué libros elegiríamos salvar?
Ilustración con libros. Getty.

Imaginemos que se acaba el mundo, ¿qué libros elegiríamos salvar?

Gabriela Wiener imagina el apocalipsis y que podemos guardar en una cápsula una docena de libros amados para que el hombre del futuro sepa quiénes fuimos.

Columna de opinión

Mi secta es más grande que la tuya
Wayne Bent y dos de sus esposas. Netflix.

Mi secta es más grande que la tuya

Todo acabaría ese año. 2012 fue la época preferida para las sectas, los ritos sexuales, las vírgenes menores de edad y los mesías orgiásticos. Un cóctel que Gabriela Wiener conoce de sobra.

Columna de opinión

Un apocalipsis doméstico
Imagen de un apocalipsis. FX.

Un apocalipsis doméstico

Según los mayas, durante 2012 la Tierra y los que la habitamos dejaremos de existir. Caos y nada. ¿Qué vamos a echar de menos de todo esto? ¿Qué haremos el último día?

Crónica narrativa

Un fin de semana con mi muerte
Ilustración de Ángel de Pedro. ORSAI.

Un fin de semana con mi muerte

Gabriela Wiener se encerró un fin de semana en unos talleres vivenciales que prometían acercarla a la visión de su muerte. Entró sin muchas expectativas, pero salió muy muy rara.